La Virgen del Valle también conocida como la Patrona de los marineros, cumplió este 08 de septiembre del 2009, 97 años de su aparición y de la coronación canónica. La Virgen del Valle es considerada como la patrona del oriente de Venezuela, siendo venerada con especial devoción en la isla de Margarita. Cada 8 de septiembre se celebra su día, fecha en la que acuden miles de peregrinos a venerarla en su santuario ubicado en el Valle de Margarita, cerca de Porlamar. Las festividades duran varios días y en cada uno de ellos, la Virgen luce un bello traje diseñado con las telas suministradas por sus devotos.
Historia de la Virgen del Valle
Cuando los conquistadores españoles fundaron en la isla de Cubagua, la ciudad de Nueva Cádiz, esta creció vertiginosamente por de la extracción de perlas. Durante este período los habitantes de Nueva Cádiz encargaron a España una imagen de la Inmaculada Concepción para poner la ciudad bajo su protección. La imagen llegó a Cubagua en el año 1530, pero pocos años después, el 25 de diciembre de 1541, un huracán arrasó Nueva Cádiz y con ella la iglesia donde estaba la imagen de la Virgen. Al salvarse milagrosamente la imagen de la Virgen, los pobladores de Cubagua decidieron ponerla salvo de nuevos cataclismos, llevándola en 1542 a una hacienda en El Valle de la Isla de Margarita, donde le construyeron una pequeña capilla. Con el paso del tiempo el lugar dio el nombre a la imagen, que comenzó a llamarse la Virgen del Valle.
El Excelentísimo Sr. Dr. Antonio María Duran, Obispo de Guayana, de quien dependía Margarita presentó los documentos e informaciones testimoniales requeridas y obtuvo el rescripto del 15 de agosto de 1910, por el cual el Eminentísimo Cardenal Arcipreste de la Basílica Vaticana, a nombre de Su Santidad San Pío X, concedía la canónica coronación de la sagrada imagen de Nuestra Señora del Valle, y delegaba al Sr. Dr. Antonio Maria Duran, Obispo de Guayana, para el 8 de septiembre de 1911 se realizó este acto y el 5 de septiembre del 1921, fue declarada patrona principal de la diócesis de Guayana, a la que pertenecía entonces la isla de Margarita, por el Mons. Sixto Sosa, gran devoto de la excelsa Madre de Dios.